Hacía tiempo que no escribía y de hecho no tenía pensado volver a hacerlo de nuevo. Me da miedo esto de exponer mis sentimientos al exterior. Aunque me consta que no me lee nadie.
Estoy en un momento de confusión, en el que se entremezclan oportunidades laborales, la necesidad de estudiar, la necesidad de llegar a final de mes, la necesidad de vivir la juventud y la de encontrar soluciones a mis problemas personales antes que a los de los demás. Quizás en estos momentos me estoy dando cuenta de que llevo años dejando mi yo para hacer cosas para los demás, para los lejanos. A los cercanos les presto tan poca atención como a mi misma.
En estos momentos mi yo que hace lo que quiere estaría por algún país europeo, perfeccionando algún idioma, conociendo gente, dando clases de español y disfrutando de la diversidad. Mi yo real se encuentra oprimido entre los ladrillos del estudio y la presión personal de terminarlos, la falta de interés en muchas ocasiones y la duda de qué se presentaría tras terminar.
Hoy me han entrado ganas de llorar. Y no he podido. Llevo tiempo intentando llorar y no consigo que caigan más que unas pocas lágrimas. Ayer casi lloro recordando cómo me regañaron de pequeña una vez que suspendí un examen.
El futuro se me presenta como un abismo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario