Lo que pasa

Hacía tiempo que no escribía y de hecho no tenía pensado volver a hacerlo de nuevo. Me da miedo esto de exponer mis sentimientos al exterior. Aunque me consta que no me lee nadie.

Estoy en un momento de confusión, en el que se entremezclan oportunidades laborales, la necesidad de estudiar, la necesidad de llegar a final de mes, la necesidad de vivir la juventud y la de encontrar soluciones a mis problemas personales antes que a los de los demás. Quizás en estos momentos me estoy dando cuenta de que llevo años dejando mi yo para hacer cosas para los demás, para los lejanos. A los cercanos les presto tan poca atención como a mi misma.

En estos momentos mi yo que hace lo que quiere estaría por algún país europeo, perfeccionando algún idioma, conociendo gente, dando clases de español y disfrutando de la diversidad. Mi yo real se encuentra oprimido entre los ladrillos del estudio y la presión personal de terminarlos, la falta de interés en muchas ocasiones y la duda de qué se presentaría tras terminar.

Hoy me han entrado ganas de llorar. Y no he podido. Llevo tiempo intentando llorar y no consigo que caigan más que unas pocas lágrimas. Ayer casi lloro recordando cómo me regañaron de pequeña una vez que suspendí un examen.

El futuro se me presenta como un abismo.

Esperando, puede.

Yo sé que tú eres de otro y a pesar de eso espero.

Y espero sonriente porque yo sé que un díacomo en amor,

el último vale más que el primero

tu tendrás que ser mía.

Yo sé que tu eres de otro pero eso no me importa.

Porque nada es de nadie si hay alguien que lo ansía.

Y mi amor es tan largo y la vida es tan corta

que tendrás que ser mía.

Yo sé que tu eres de otro.

Pero la sed se sacia solamente en el fondo de la copa vacía.

Y como la paciencia puede más que la audacia

tu tendrás que ser mía.

Por eso en lo profundo de mis sueños despiertos

yo seguiré esperando porque se que algún día

buscarás el refugio de mis brazos abiertos

y tendrás que ser mía.

José Ángel Buesa

Carta a mi amor no correspondido

5:13

Faltan tres horas y un cuarto para que suene el despertador. Estoy leyendo los emails que intercambiamos: 233. Están en una carpeta de la bandeja de entrada con tu nombre. Y tú probablemente hace tiempo ya que no piensas en mí. Soy esa pesada que confundió una segunda cita para ir al cine con algo más, que confundió tus sonrisas y tus miradas con algo más, que confundió tus bromas, tus juegos como algo más. Y sólo eran eso. Necesito una sola de tus sonrisas para que este sea un día mejor, necesito ver tu pelo negro, tus ojos de niño, tu cara inocente. Y sin embargo está el vacío.

Cuando beso a otros chicos cierro los ojos y no puedo evitar pensar en ti, cuando siento un atisbo de felicidad no puedo evitar pensar en ti, en que para mi fuiste algunos segundos el hombre de mi vida y para ti fui la chica con la que pasar un buen rato mientras se arreglaban las cosas con tu pareja. Y aquí me dejaste, sola ante la primavera, sola ante un amor no correspondido, un amor que tengo que vivir en soledad, porque no hay nada más, porque en realidad ese amor no existe, sólo está en mi cabeza, quizás en algun recuerdo.

Ya sólo me quedan amores racionales. O quizás enamorarme de nuevo. Pero tu sonrisa no me la a devolver nadie.

Segundo encuentro

Esta pasada noche ha sido hemos tenido el segundo encuentro. Fuimos al cine y a continuación pasamos la noche en vela. Finalmente nos acostamos. Y no exagero si digo que no fue muy bien el tema. No sé si lo peor es que el tema no fuera bien o que no se diera cuenta de que no iba bien. Demasiada humedad.

Por lo demás fue muy cariñoso y atento. Todo eso me hizo pensar en mi amor no correspondido, que andará entre espaguetis. Volviendo al chico de la segunda cita, estamos en ese punto en que sé que no es una amistad y no sé realmente si es algo más. Y tras lo de ocurrido ayer no sé si quiero que sea algo más. No sé si tuvo una mala noche o si es siempre así.

Racionalmente es un gran chico, encantador, inteligente, cariñoso. Sin embargo, y aunque intento que no sea así, sigo pensando en mi amor no correspondido.

Dudas antes del segundo encuentro

La conexión a internet no ayuda a nuestras conversaciones. A pesar de que la próxima será nuestra segunda cita para mí resulta especial. Es la primera vez en mucho tiempo que salgo con alguien y no me acuesto con él el primer día. En parte me da miedo acostarme con él. Me da miedo que ya no me llame. En cierta manera me da miedo que se acabe todo.

Ante su próxima visita a casa llevo un día ordenando y limpiándolo todo de manera obsesiva. Y aun así la casa no está en condiciones.

Goldfish

Hoy me he comprado dos peces y los he metido en una pecera de esas redondas. A continuación he empezado a leer por internet sobre el tema. Al parecer me estoy dedicando a torturar a los pececitos.

Mi amor no correspondido me ha llamado por preguntarme sobre una supuesta casualidad o no de una actuación de mi ex. Para esto me llamas... En fin.

Mi de momento amistad correspondido sigue hablando mucho conmigo cada día. Diríamos que este responde al tema cabeza y el otro al tema corazon. ¿Qué es lo más importante? Tener a alguien que te trate bien o pensar en alguien que ni se acuerda de ti?

3, 2, 1... ¡Acción!

Me ha costado mucho, pero finalmente me he decidido a contar mis intimidades en internet. Eso sí, sin revelar mi identidad. Tranquilos, no soy una actriz famosa ni nada parecido ¿o sí? Siempre quedará la duda. Como reza el título 17 chicos, yo y mis camas. 17 chicos con los que me he acostado. Y yo....Tengo 20 años, he tenido dos parejas y ahora digamos que estoy soltera. Harta de chicos que "después de" no llaman, me he decidido a escribir mis experiencias.